En artículos anteriores ya os he hablado de lo importante que es una buena hidratación, especialmente cuando entrenamos. Por norma general y sobre todo en estos días de calor, saber hidratarnos adecuadamente nos ayudará a mantener una buena salud.
Sabemos que nuestro cuerpo está compuesto principalmente de agua, pero en los meses de verano la temperatura ambiente se eleva y para adaptarnos a ella segregamos sudor. Por eso, debemos incrementar nuestra hidratación, ingiriendo más líquidos que en invierno, más aún si hacemos deporte. Si habitualmente se recomienda beber 2 litros de agua, en verano debemos pasar a ingerir 3,5 litros de líquido.
Parece difícil, ¿no?. Sin embargo, esta necesidad se puede cubrir no solo bebiendo, sino también a través de lo que comamos. En verano la fruta y verdura de temporada presenta mucha agua y sales minerales, por lo que pueden ser una alternativa para compensar lo que eliminamos al sudar. Además, éstas las podemos incluir en una gran diversidad de platos como sopas frías, gazpachos, ensaladas, etcétera.
Por otro lado, cuando entrenamos en verano debemos prestarle especial atención a cómo nos hidratamos antes, durante y después del entrenamiento. Debemos llegar con una buena hidratación,mantenerla durante el ejercicio físico y recuperarla al finalizar, porque sudaremos más debido al calor.
En definitiva, debemos beber regularmente, ingiriendo el líquido lentamente para que nuestro cuerpo los asimile correctamente.
En verano más que nunca es necesario mantener unos buenos niveles de hidratación.