Ya hemos visto que la tecnología está cobrando un gran protagonismo y que cada vez tiene más presencia en nuestros entrenamientos. De hecho, se incluye como una de las tendencias en Fitness para el 2017. Pero si nuestro objetivo es adelgazar, quizá los wearables no sean tan eficaces como creemos, tal y como ha demostrado un reciente estudio.
Una investigación publicada por la revista JAMA mantiene que utilizar la tecnología nos puede servir para perder peso, pero siempre que la combinemos con métodos tradicionales. Para comparar éstas con el uso de wearables, se estudiaron a 500 adultos con mediciones semestrales durante 2 años. Todos experimentaron una pérdida en su peso corporal, pero sin encontrar grandes diferencias con los tratamientos tradicionales como el cognitivo conductual.
Aunque parece que los wearables y otras tecnologías no son muy eficaces para adelgazar, sí pueden funcionar como motivación. De esta manera, contribuyen a que adquiramos hábitos saludables como el ejercicio regular y una dieta sana.
En definitiva, a la hora de decidir un wearable para añadir a nuestro entrenamiento, debemos pensar en nuestras necesidades y la meta que queremos conseguir, ya que en función de esto puede resultar útil o no para perder peso.
El uso de dispositivos para entrenar depende de las características particulares de cada persona y de los objetivos marcados.