Un estudio reciente ha analizado una serie de investigaciones publicadas entre 1990 y 2007, constatando que el ejercicio favorece la reserva cognitiva. Esto se traduce en una mayor prevención de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, hasta el punto que las personas mayores activas físicamente reducen el riesgo a desarrollarlo en un 40%.
Publicado en la revista Mayo Clinic Proceedings, el estudio analiza estudios con más de 23.000 participantes de entre 70 y 80 años, observados entre 4 y 31 años según el trabajo. La segunda revisión aporta datos sobre la actividad física de más de 10.000 personas de edad avanzada. Las ventajas son tanto cuantitativas como cualitativas, ya que hacer ejercicio produce y refuerza la comunicación entre neuronas.
Ya os he comentado en otras ocasiones que la OMS recomienda unos 150 minutos de actividad física a la semana. Por ejercicio se entiende una rutina saludable como puede ser caminar, sin que sea necesario pasarse el día en el gimnasio.
Nunca es tarde para hacer ejercicio, pero si empezamos a practicarlo cuanto antes y permanecemos activos durante toda nuestra vida, los beneficios a largo plazo serán mayores.
“A partir de los 60 años es fundamental la prevención de las demencias porque hacerse mayor es un factor de riesgo” Helios Pareja-Galeano, coautor del estudio e investigador de la Universidad Europea.