Ya sabemos que la alimentación es fundamental para evitar enfermedades y gozar de una buena salud, pero no se trata solo de elegir cuidadosamente los alimentos, sino también de cómo los cocinemos. El tipo de cocción nos ayuda a reducir el riesgo de diabetes.
La cocción a una alta temperatura, como puede darse al cocinar un alimento directamente a la plancha, horno, parrilla o sartén puede producir sustancias con un componente mutágeno. Por tanto, pueden elevar el riesgo de contraer cáncer, pero también producir mayor estrés oxidativo, inflamación y resistencia a la insulina. De esta manera, no parece la alternativa más indicada para prevenirnos contra la diabetes.
Un estudio reciente cambió este tipo de cocción por platos hervidos, guisados, al vapor o escalfados. Tras un año, los resultados demostraron que adultos obesos habían experimentado un descenso de su peso corporal, inflamación, estrés oxidativo y resistencia a la insulina. Por tanto, este tipo de cocción parece la opción más recomendable para reducir el riesgo de diabetes.
En definitiva, queda comprobado que el tipo de cocción puede influir de distinta forma en nuestro organismo. Si evitamos cocinar a la parrilla o en la sartén, esto puede ser un factor importante para reducir nuestro riesgo de sufrir diabetes.
Hervir o guisar puede ayudarnos a prevenir la diabetes.