Se ha demostrado que los suplementos de proteínas no tienen efectos adversos, a diferencia de lo que se cree habitualmente, pero siempre debemos consumirlos bajo la supervisión de un profesional. Además, se debe emplear un tipo u otro de proteínas dependiendo de la actividad física que estemos practicando, ya que no todas las modalidades son iguales ni requieren las mismas condiciones físicas. En ocasiones tampoco es necesario ingerirlas, por lo que es aconsejable que se lo consultéis a vuestro entrenador personal.
Para empezar, hay que ser conscientes que los suplementos de proteínas son únicamente un refuerzo, nunca el sustituto de otros alimentos. Debemos tener una alimentación completa y llena de nutrientes, y solo suplir sus carencias en comparación a la cantidad de trabajo a la que sometemos nuestros músculos. Puede ser, que con una dieta adecuada no sea necesario un suplemento de proteínas, en especial, cuando la intensidad del ejercicio es normal.
Por otro lado, si realizamos sesiones de entrenamiento intensivas donde el esfuerzo muscular es alto, podrían ser aconsejables para ayudar a recuperarnos antes, ya que la asimilación de los nutrientes que necesitan nuestros músculos es más rápida. Sin embargo, no debemos dejar de alimentarnos correctamente o quitar las proteínas de nuestra dieta diaria.
Tampoco debemos consumir los suplementos de proteínas de forma frecuente. Nuestro cuerpo no debe acostumbrarse a ellos, sino que lo idóneo es alternar nuestra ingesta con periodos de descanso para conseguir buenos resultados.
“La diferencia entre un medicamento y un veneno es la dosis”.