Una prueba biomecánica es la mejor forma para conseguir un buen ajuste de nuestra bicicleta. Así, sabremos que la adaptamos exactamente a nuestra condición física y capacidad.
Aunque esto os pueda parecer solo para ciclistas profesionales, por norma general lo más importante cuando estrenamos una bicicleta es ponerla a nuestra medida: altura de sillín y manillar, longitud de potencias, bielas, las calas de nuestras zapatillas, etcétera. Así rendiremos más, pero sobre todo conseguiremos evitar una mala postura y prevenir lesiones. Estirar en exceso las piernas, forzar la espalda o tener una mala posición de las rodillas, es perjudicial.
¿Qué es una prueba biomecánica?
Se trata de un estudio mediante el que se adapta la bicicleta a nosotros en función de nuestras características morfológicas, experiencia y objetivos, con el fin de conseguir mayor comodidad y rendimiento.Tiene una duración de alrededor dos horas y media, y comienza con una entrevista y la valoración morfológica completa. A continuación, se procede al análisis y ajuste de todos los elementos que forman parte de la acción ciclista, desde los pies hasta las manos.
También a medida que pasen los años tendremos que cambiar nuestra posición, por lo que tendremos que volver a hacer pruebas biomecánicas de este tipo. Por ejemplo, un principiante no tiene la misma posición años más tarde, porque ganará en experiencia, soltura con la bicicleta y forma física. Tampoco un ciclista tiene la misma posición con 40 que con 50, ya que cuando envejecemos, nuestra musculatura y articulaciones tienen un menor rango de movimiento.
¡Poned vuestra bicicleta a punto! En Centro DGO pronto volveremos a salir a rodar.