¿Aún estáis con exámenes o tenéis que estudiar durante el verano para aprobar en septiembre? Pues os traigo una buena noticia para vosotros: una reciente investigación ha demostrado que la actividad física potencia nuestra memoria y mejora nuestro aprendizaje.
El estudio, publicado en la revista Current Biology y realizado por investigadores del Instituto Donders, reveló que practicar ejercicio después de estudiar ayuda a consolidar nuestra memoria y a prolongarla a largo plazo. En la investigación colaboraron 72 individuos que memorizaron 90 asociaciones entre imágenes y localizaciones en 40 minutos. Después se distribuyeron aleatoriamente en tres grupos: un practicó ejercicio al instante, otro cuatro horas más tarde y el último no hizo deporte. La actividad física se trató de un entrenamiento de bicicleta durante 35 minutos con intervalos de intensidad hasta un máximo de 80% de frecuencia cardíaca.
Las personas que participaron en la investigación e hicieron dicha actividad física 4 horas después de su sesión de aprendizaje, conservaron mejor la información dos días después que aquellas que la realizaron inmediatamente o no hicieron deporte. Además, sus imágenes cerebrales eran más precisas en el hipocampo, una área fundamental para la memoria y el aprendizaje.
Por tanto, esto nos indica que el ejercicio físico correctamente programado es más importante de lo que pensamos, tanto en colegios como en otro tipo de centros educativos.
Siempre que practiquemos una actividad física dentro de un periodo de tiempo determinado, nuestra memoria mejorará.