De sobra conocemos ya los beneficios del ejercicio físico en nuestro estado de ánimo, pero cada vez más se constata la relación entre la práctica de deporte y la segregación de las llamadas “hormonas de la felicidad”. Esto se debe a que este saludable hábito influye en la producción de hormonas y neurotransmisores como la noradrenalina, las endorfinas, las neurotrofinas y la serotonina.
Cualquier tipo de ejercicio, especialmente los aeróbicos o cardiovasculares que implican algo de esfuerzo, no sólo nos beneficiarán físicamente, sino también mentalmente debido a un incremento de la serotonina. Es esa sensación de bienestar que provoca esta hormona, lo que nos ayudará a combatir la depresión.
En concreto, se realizó un experimento con 202 adultos deprimidos y los síntomas se eliminaron en el 45% de los que fueron tratados con terapia de ejercicio en grupo, casi el mismo resultado de éxito que si fueran tratados con un antidepresivo. El hecho de practicar deporte en compañía también influiría positivamente.
En definitiva, la actividad física resulta ser una variante más sana a cualquier medicamento contra la depresión. Además, es aconsejable que empecemos a practicarlo como prevención.
¿Con qué tipo de ejercicios os sentís mejor vosotros?.
Entrena lo que más te guste, ¡pero con sentido común! El ejercicio físico tiene muchas variables que medir y determinar en función de la persona.