No, crujir la espalda no es bueno y, aunque a corto plazo mejoremos, nos puede perjudicar a más largo plazo. De hecho, el crujido no se produce por una recolocación de las vértebras, sino por una implosión del gas disuelto en el líquido sinovial intraarticular. Cuando esto sucede, se mueven todas las vertebras con facilidad, incluidas las hipermóviles, que se resienten, se inflaman, provocan dolor y se desgastan.
Esto es diferente si acudimos a un fisioterapeuta, ya que sabe cómo manipular las vértebras hipomóviles sin afectar a las hipermóviles, para mejorar nuestros síntomas.
Alternativas a crujir la espalda
Podemos realizar automasajes, ejercicios de movilización o estiramientos como los que menciono a continuación:
1. Automasaje para liberar la tensión de cuello, cervicales y trapecios: Eliminaremos el dolor de cuello, la tensión muscular y la rigidez cervical, relajando la musculatura del cuello y cervicales.
2. Automasaje de musculatura lumbar con pelota: Reduciremos los dolores lumbares, relajando la musculatura lumbar.
3. Ejercicios para abrir el tórax y corregir la hipercifosis dorsal: Estos ejercicios nos ayudan rectificar la curvatura dorsal, abriendo nuestra caja torácica.
4. Ejercicios para aumentar la flexibilidad de la espalda: Se trata de estiramientos sencillos, pero igual de efectivos, si sois principiantes.
En definitiva, crujir la espalda es un mal hábito que debemos suprimir practicando alguna de estas opciones. Para ello, os recomiendo antes que lo consultéis con un fisioterapeuta, entrenador personal o cualquier otro profesional de la salud.
Crujir la espalda es una práctica que si se realiza de forma indebida puede perjudicarnos a largo plazo.