Se ha hablado mucho sobre el empleo de la almohada al dormir, con profesionales que se encuentran a favor y en contra. Lo que es indudable es que el uso de la almohada es un hábito con el que hemos crecido y que no tiene porque beneficiarnos a todos.
Si tenemos una columna cervical sana y flexible, no necesitamos una almohada cuando dormimos, puesto que no es un elemento indispensable para mantener su curvatura fisiológica. Sin embargo, nos acostumbran desde niños a dormir con almohada, volviéndose una dependencia para conseguir conciliar el sueño.
¿Cuándo necesitamos dormir con almohada?
La almohada es aconsejable únicamente cuando empezamos a sentir una rigidez cervical en cierto estado de artrosis, además de un determinado adelantamiento del cuello y la cabeza. A causa del estrés y los vicios posturales que se crean en el trabajo, esto es más frecuente hoy en día de lo que parece. Por eso, cada vez es más habitual el uso de una almohada, pero por problemas de salud.
¿Qué tipo de almohada debemos usar?
Tampoco hay una regla general para esto, sino que depende de las circunstancias personales de cada uno de nosotros: nuestros hábitos posturales, la postura que adoptamos al dormir e incluso el tipo de almohada que estamos acostumbrados a usar.
Sin embargo, buscar una almohada adecuada para nosotros dejando a un lado la salud de nuestras cervicales, es empezar la casa por el tejado. Debemos antes de nada conseguir reducir la rigidez cervical, mitigar el estrés y aprender a adoptar posturas más saludables en todos los ámbitos de nuestra vida. Si no lo hacemos así, no importa la almohada que usemos, ya que el dolor nunca desaperecerá.
¿Las almohadas ergonómicas son mejores?
Hay una gran variedad de almohadas ergonómicas a la venta, tanto para mejorar nuestro descanso como para mejorar nuestra comodidad en el trabajo o incluso al conducir. Muchas realmente están diseñadas por expertos en la materia, pero otros no. Además, su utilización no aporta mayores beneficios ni soluciona nuestros problemas cervicales.
Antes de comprar una almohada, lo idóneo es dejarnos aconsejar por un profesional de la Salud y la Actividad Física, que estudiará nuestra estructura corporal y estilo de vida para aportarnos una solución personalizada.