¿Estás cansado/da de realizar ejercicios en el gimnasio con máquinas que repiten una acción pero no una función? Normal, al hacerlo estás desaprovechando una cantidad de movimientos que sin duda van a enriquecer mucho tu entrenamiento.
En un anterior artículo, te aconsejaba entrenar los músculos para su función en vez de para su acción, ya que debemos realizar cualquier actividad física de acuerdo al diseño de nuestro cuerpo.
Por lo general, ejecutamos ejercicios en posiciones o rangos de movimiento que pueden comprometer nuestra estructura. Además de esto, todo entrenamiento debe ir enfocado a cubrir nuestras necesidades funcionales cotidianas, por lo que es necesario hacer ejercicio partiendo de los patrones básicos de movimiento para los que hemos sido diseñados desde hace millones de años.
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Si nos remontamos años atrás a nuestros ancestros, observamos que podemos clasificar estos patrones en 3 grupos:
1. Patrones básicos de locomoción
La locomoción se refiere al movimiento que hacemos para desplazarnos de un lugar a otro y variará en forma, estructura y medida en función de la persona. Los elementos espaciales que se introducen en el desarrollo de estas habilidades son las direcciones, los planos y los ejes. Son movimientos naturales y automáticos que el ser humano va perfeccionando, tanto en el crecimiento como en la práctica: caminar, correr, saltar y rodar.
2. Patrones básicos de manipulación
La manipulación se produce cuando combinamos dos o más movimientos con elementos externos a través de cualquier segmento corporal. Estos movimientos se caracterizan por la capacidad de imprimir o recibir y amortiguar la fuerza de los objetos o personas con que se interactúa. Se adquieren por herencia biológica y cultural y constituyen la base de la capacidad motriz, que se aprende con la realización de las actividades deportivas y no deportivas de la vida cotidiana. Además, la práctica variada y sistemática es determinante en la especialización de estas habilidades: lanzar, recibir, tirar, empujar y golpear.
3. Patrones básicos de equilibrio
Son aquellos movimientos que afectan a nuestra estabilidad. Se generan a partir del centro de gravedad y base de sustentación de nuestro cuerpo: posturas básicas (acostado, sentado, arrodillado, suspendido y de pie), giros y posiciones invertidas.
Conclusión
Teniendo presentes estos patrones básicos de movimiento, resulta obvio que debemos evitar convertirnos en esclavos de las máquinas de musculación. Tu entrenador personal te puede ayudar a conseguir y mantener una condición física adecuada para afrontar nuestro día a día. Así que recuerda, el ejercicio como la medicación, ¡en su dosis adecuada!.
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