Según una investigación de la Universidad de Montreal y del Hospital infantil Ste-Justine de Canadá, el ejercicio con moderación durante el embarazo consigue un desarrollo cognitivo superior en el bebé.
Otros estudios anteriores ya dejaban patente que practicar actividad física moderada a lo largo de la gestación disminuye el dolor pélvico, la depresión y la hipertensión gestacional (presente en un 10% de las mujeres embarazadas). Pero esto no es todo y este saludable gesto también ayudan a mantener un peso adecuado en el recién nacido, un beneficio que se mantienen en el tiempo, disminuyendo su riesgo de obesidad en años posteriores.
Éstas son más que buenas razones para no dejarse llevar por la comodidad durante el embazo y ponerse a hacer ejercicio suave bajo la supervisión de un médico o profesional de la actividad física, pero esta es la primera vez que se mide la influencia de este hábito en el cerebro de un bebé durante los 9 meses de gestación.
El estudio parte de la hipótesis de que, si el ejercicio es bueno para el cerebro del adulto, ¿por qué no va a influir en un recién nacido a través de su madre?. Sus resultados reflejan que los bebés nacidos de madres físicamente más activas presentan una activación cerebral más madura, lo que apunta que sus cerebros se desarrollaron más rápido.
Ahora están trabajando en constatar si esta evolución cognitiva se mantiene con el tiempo. Por lo pronto, la actividad física durante el embarazo no solo es buena para las madres, si no que puede marcar la diferencia en el desarrollo cerebral de sus hijos.
Es suficiente con 20 minutos de ejercicio tres días por semana para que el bebé se beneficie de ello.