Se ha extendido la falsa creencia de que el sexo nos provoca desgaste energético, de manera que algunos entrenadores llegan a prohibírselo a los deportistas antes de una competición importante. Lo cierto es que, si posteriormente nos recuperamos con un buen descanso y una alimentación adecuada, esto no debería ser un problema a la hora de afrontar cualquier prueba deportiva.
El sexo incluso tiene sus ventajas de cara a una competición, ya que nos ayuda a relajarnos y mitigar los nervios. Pero esto no es todo. En las mujeres incrementa su nivel de testosterona, favoreciendo directamente a su rendimiento físico.
Este mito se ha creado por la asociación con otras situaciones que nada tienen que ver con la actividad sexual propiamente dicha. Por ejemplo, el consumo de alcohol o tabaco es lo que realmente puede afectarnos en nuestro rendimiento deportivo, al evitar que durmamos bien.
¿Y cómo influye el deporte en nuestro rendimiento sexual?
Hacer ejercicio nos ayuda siempre a sentirnos bien de cuerpo y mente, lo que afecta positivamente en nuestra satisfacción sexual. La actividad física nos ayuda a evitar el estrés, consiguiendo que tengamos un mejor estado de ánimo y predisponiéndonos a la actividad sexual.
Así mismo. el deporte previene enfermedades como el colesterol, la diabetes y la hipertensión, que pueden ser los causantes de disfunción erectil en hombres y problemas de excitación en mujeres.
Sin embargo, no todo depende del ejercicio, sino que una alimentación saludable, una hidratación adecuada y un correcto descanso también son fundamentales para una vida sexual sana.
No olvidéis que en exceso el deporte también puede llegar a ser malo e influir negativamente a nuestra vida sexual. Ya no se trata solo de la fatiga, si no de dedicarle más horas que a otras cosas que también son importantes.
Practicar sexo antes de una competición no influye en nuestro rendimiento físico.