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A todos nos hace daño el sol, incluso con piel morena

sol

Ahora que muchos de vosotros os vais de vacaciones buscando la playa o la piscina, quiero recordaros que no vale todo para lucir un bronceado.

Protegerse adecuadamente del sol es fundamental para no poner en riesgo nuestra salud, tanto si tenemos la piel clara como morena. Además de la piel, nuestros ojos también pueden verse dañados por los rayos ultravioleta (UV) del sol.

Aunque las personas con piel blanca presentan más probabilidades de sufrir los daños del sol, las que tienen piel oscura de cualquier origen étnico deben ser conscientes que también pueden resultar afectadas.

Cuando La piel absorbe los rayos UV, aumenta las células que producen melanina para intentar bloquearlos y se broncea. Por eso, aquellas personas que presentan de forma natural más melanina en su piel, no se queman tanto al sol. Sin embargo, aunque las quemaduras solares se relacionan con un mayor riesgo de cáncer de piel y melanoma, debemos saber que la simple exposición UV sin quemarse, también puede provocarlo.

Siempre tenemos que tener cuidado con el sol

A continuación os detallo algunos factores a tener especialmente en cuenta a la hora de tomar el sol:

  1. Piel clara, ojos azules o verdes, o pelo rubio, castaño claro o pelirrojo.

  2. Pecas o muchos lunares, también grandes o irregulares.
  3. Quemarse siempre antes del bronceado.
  4. Excesivo tiempo al aire libre.
  5. Exposición solar intensa durante el fin de semana.
  6. Vivir o irse de vacaciones a lugares de gran altitud donde la potencia de los rayos UV aumenta o a climas tropicales o subtropicales.
  7. Tomar medicamentos que provocan que la piel sea más sensible a la luz solar o que debilitan el sistema inmunológico.
  8. Haber recibido un trasplante de órgano.
  9. Haber tenido cáncer de piel o antecedentes familiares, especialmente melanoma.
  10. Presentar enfermedad autoinmune como lupus.
  11. Padecer afección médica que debilita el sistema inmunológico como VIH.

Por eso, siempre debemos tener cuidado con el sol y nunca arriesgar nuestra salud por un bronceado.

Para saber cómo protegeros del sol en función de vuestras características personales, no dudéis en consultárselo a vuestro médico.

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