Nuestro rendimiento físico también depende de entrenar nuestros músculos respiratorios. Aunque no lo creáis estos músculos también se fatigan y necesitan que los entrenemos de forma especial. Es algo ya demostrado científicamente desde hace años y aún siguen surgiendo estudios que reafirman esta conclusión. Además, la última investigación que se ha publicado al respecto, deja de manifiesto que la fatiga muscular inspiratoria se puede producir incluso en atletas que desarrollen competiciones cortas.
Los resultados de dicho estudio demuestran una destacable disminución de la presión inspiratoria máxima, tras realizar mediciones comparativas antes y después de una carrera de 400 y 800 metros. De hecho, esto se pronuncia aún más después de los 800 metros. Por tanto, la fatiga muscular inspiratoria es una evidencia tanto en pruebas de larga duración como cortas.
¿Cómo podemos entrenar nuestros músculos respiratorios?
Existen dos opciones a nuestro alcance:
1. Con ejercicios específicos de respiración.
Son muchos los ejercicios respiratorios que se pueden introducir en la rutina de ejercicio diaria de un atleta, con el objeto de incrementar la capacidad aeróbica. Como es habitual en los deportistas encontrarse con limitaciones de tensión miofascial, por lo que se recomienda empezar entrenando con ejercicios de liberación y estiramientos.
2. Con dispositivos de entrenamiento respiratorio.
Éstos presentan diferentes sistemas de resistencia con la que poder entrenar nuestros músculos inspiratorios, ya sea a través de la entrada o salida de aire. Uno de los más conocidos es el Powerbreathe.
En definitiva, aunque los músculos respiratorios no influyan directamente en el movimiento, sí que afectan positivamente en nuestro rendimiento. Necesitamos prestarles una atención adecuada e incluirlos dentro de nuestro entrenamiento general.
Entrenar nuestros músculos respiratorios mejora nuestro rendimiento.