No cabe duda que el instinto natural de los padres para intuir las necesidades de sus hijos es la mejor forma de educar.
Los niños poseen una bondad innata que tenemos que proteger en el día a día. Regaladles tiempo con el que poder mitigar sus miedos, poner nombre a las emociones que aún no sepan expresar y motivarles. Es decir, tratad a vuestros hijos como a os gustaría que os tratasen: con respeto.
No intento deciros cómo educar a vuestros hijos, pero solemos olvidarnos de cómo son los niños y lo que ocurre en su interior. Además resulta inútil agobiarse intentando darles todo, si no solo exactamente lo que necesitan y para ello antes tenemos que descubrirlo. Por eso, no debemos temer el fracaso como padres.
¿Qué necesitan nuestros hijos?
La crianza autorregulada se basa en ser conscientes de nuestra propia complejidad personal para entender que también nuestros hijos tienen sus propios conflictos y necesidades:
- Nuestro hijo es una persona que necesita entender el mundo a través de nosotros con nuestra ayuda.
- Nuestro hijo no tiene maldad y actúa siempre movido por la necesidad, por lo que nuestra intuición debe dar respuesta a sus demandas.
- Y nuestro hijo necesita sobre todo nuestro amor. De poco vale que le compremos montañas de juguetes, si nunca jugamos con él.
Si tratamos a nuestro hijo con respeto y amor, se convertirá en un adulto respetuoso y feliz. ¿Cómo lo conseguimos?:
- Con comprensión: Para poder guiarle, si se siente frustrado.
- Con cercanía: Para que gradualmente se sienta seguro e independiente.
En definitiva, debemos tener en cuenta sus demandas y sugerencias, y educar a nuestros hijos mediante la escucha. Los niños no aprenden mediante gritos, la mejor fórmula es el amor.
El afecto debe ser el ingrediente fundamental en la educación de nuestros hijos.