Los escolares que llevan más peso en sus mochilas reciben una mayor presión, que produce una alteración postural de su columna, pero esto no tiene que traducirse necesariamente en escoliosis, hernias o problemas graves de salud.
Una carga excesiva en la espalda, sobre un solo hombro o durante mucho tiempo sí que puede producir ciertos dolores o molestias, pero duran poco. No debemos tener miedo a que nuestros hijos lleven una mochila pesada, ya que que está demostrado que no es perjudicial a largo plazo.
En realidad, tanto en niños como en adultos, existen muchos factores de riesgo que nos pueden provocar un dolor de espalda. Por ejemplo, sabemos que el sedentarismo implica menos capacidad física, poco umbral de dolor y más predisposición a problemas de salud.
Consejos
- Se recomienda que el peso de la mochila se reparta por igual entre los dos hombros y que no suponga más del 5-10% del peso del niño.
- Debemos limitar el contenido de su mochila al material que necesite solo ese día, para evitar que tenga que cargar demasiado peso en distancias largas.
- Como prevención e incluso tratamiento a medio y largo plazo de un posible dolor de espalda, deben practicar ejercicio físico y un estilo de vida activo.
En definitiva, no solo debemos restringir a lo indispensable el peso que cargan en la mochila, si no que tenemos que preparar a nuestros hijos para que transporten sus mochilas ergonómicamente y con una buena condición física.
Independientemente del peso, en el de dolor de espalda intervienen diversos factores de riesgo.