Son muchos los beneficios de una dieta antiinflamatoria como base de nuestra alimentación, ya que no sólo nos ayudará a controlar nuestro peso, sino que nos proporcionará salud a lo largo de toda nuestra vida actuando de forma directa en el sistema endocrino (principal problema en el sobre peso/obesidad)
Cuándo pensamos en dieta, nos viene a la mente controlar Kilo Calorías, pero no sólo es eso. Debemos recordar que la obesidad es una enfermedad inflamatoria, que viene dada en gran medida por un desajuste hormonal muy elevado. Por ello debemos tener en cuenta qué alimentos van a potenciar según qué hormonas (pro o antiinflamatorias).
Teniendo en cuenta esto, antes de daros unas pautas para desarrollar una dieta antiinflamatoria correctamente, resulta imprescindible explicar cómo se produce la inflamación.
La inflamación crónica
Nuestro cuerpo se protege de ataques externos como golpes, infecciones o virus a través de la inflamación. Sin embargo, hay ocasiones en las que el sistema inmunológico la produce sin existir éstos, llegando a ser más perjudicial que beneficiosa. La inflamación crónica ataca a los tejidos sanos, acelerando el envejecimiento y todas las patologías asociadas a él. Favorece la aparición de enfermedades como la hipotensión, obesidad, enfermedades coronarias diabetes, artritis reumatoide, cáncer, párkinson, alzhéimer, etcétera.
Cuando ingerimos carbohidratos, nuestro páncreas segrega insulina para almacenarlos en los músculos o convertirlos en grasa. Si abusamos de ellos, nuestro cuerpo podría identificarlos en la sangre como sustancias tóxicas que es necesario eliminar. En este caso, el páncreas libera más insulina de lo común, lo que provoca inflamación. Por tanto, cuando consumimos cualquier tipo de azúcar podríamos estar contribuyendo a la aparición de una inflamación crónica.
Así mismo, nuestro organismo necesita omega-6, pero las cantidades que encontramos actualmente en la alimentación pueden ser de 20 a 50 veces más altas de lo necesario. La proporción de omega-6 y omega-3 se ve alterada y también produce inflamación crónica.
¿Qué alimentos son antiinflamatorios?
Podemos controlar la producción de carbohidratos manteniendo bajos los niveles de azúcar en nuestro cuerpo, o lo que es lo mismo, alimentándonos con:
FRUTOS ROJOS: Fresas, cerezas, moras, frambuesas o arándanos. Aquí también podemos añadir las manzanas y las peras, así como el tomate y el pimiento.- ALIMENTOS RICOS EN PROTEINAS: Especialmente los mariscos y pescados grasos con alto contenido en omega-3 como el salmón, la caballa, el atún, el arenque y la sardina.
- PROTEINAS VEGETALES: Soja y derivados como el tofu y el tempeh, además de nueces, almendras, pacanas o anacardos.
- BEBIDAS: Agua, tés de hierbas o batidos vegetales.
Pautas alimenticias en una dieta antiinflamatoria
A parte de añadir a nuestra dieta estos alimentos en detrimento de otros, también es necesario incorporar ciertos hábitos alimenticios como:
- Cocinar con aceite de oliva
- Evitar el consumo de cereales
- Sustituir galletas, pasteles o barritas por fruta, nueces, verduras frescas, etcétera
- Reemplazar el queso por el tofu
- Acompañar las comidas con ensaladas de vegetales preferiblemente frescos
- Evitar frituras y asados
- Consumir la mayor parte de los alimentos crudos
- Evitar los azúcares refinados, la harina blanca, los embutidos, las carnes procesadas, los dulces y los alimentos enlatados o envasados
Y no cabe duda que fumar, beber alcohol y dormir poco, incrementan la gravedad de la inflamación.
Estas pautas os servirán para tener una visión correcta de lo que implica una dieta antiinflamatoria, pero no olvidéis acudir a un endocrino, dietista, nutricionista… Para que os realice un estudio nutricional personalizado y una dieta totalmente adaptada a vuestras necesidades. ¡No te auto-prescribas dietas!
Cuida tu alimentación a lo largo de todo el año, no sólo en ocasiones puntuales. Recuerda que la salud es el premio a tu constancia.