El problema del zapato plano es que no amortigua los impactos que sufre nuestro pie y tras un uso prolongado puede provocar fascitis plantar.
Aunque es preferible al zapato de tacón, el zapato plano también es perjudicial porque no presenta un correcto apoyo para el arco del pie ni para el talón. Por eso, cuando usamos zapato plano de forma continuada, podemos sufrir también:
- Dolor en los músculos de la pantorrilla
- Tensión en el tendón de Aquiles
- Dolor en los talones
- Problemas en tobillos, espalda baja y caderas
- Arco aplanado en los pies
- Problemas posturales en general
En el caso de que queramos pasar de un zapato alto a uno plano, debemos hacerlo de forma gradual. Por ejemplo, cuando una mujer usa habitualmente tacones, es aconsejable que empiece a poner zapato plano durante media hora al día e ir aumentando este tiempo progresivamente.
En cualquier caso, siempre debemos comprar un calzado que nos sea cómodo y nunca dejarnos llevar por las modas.
Trucos para no equivocarnos al comprar zapatos
- Ponerlos en ambos pies y andar por la tienda.
- Probarnos mínimo 5 modelos para comparar el ajuste.
- Buscar adaptabilidad en la lengüeta y atadura.
- Confirmar que la suela es flexible donde nuestro pie se flexiona.
- Optar por zapatos con plantilla que se puedan reemplazar, si fuera necesario.
- Asegurarnos que hay 1,5 cm de espacio entre nuestros dedos y el zapato cuando estamos parados.
- Probarnos los zapatos por la tarde, cuando nuestros pies están más cansados.
- Comprobar que el ajuste del talón es cómodo y que nuestro pie no se desliza.
Recuerda que el mejor «entrenamiento», es caminar más tiempo descalzo. Al usar calzado, el pie pierde muchas de sus funciones