Seguro que algunos de vosotros sentís un hambre voraz cuando entrenáis, mientras que otros no percibís cambios en ello o incluso reducís el deseo de comer.
Por lo general, el deporte a una intensidad media-baja incrementará nuestro apetito, pero al mismo tiempo nos saciaremos antes.
En cuanto a los que no notáis cambios significativos en ello, ya sabemos que todo depende de las características particulares de cada persona, motivo por el que también algunas bajan de peso más fácilmente que otras al practicar más ejercicio.
Por otro lado, la sensación de apetito también dependerá del tipo de ejercicio que desarrollemos. Está demostrado que con una actividad aeróbica tendremos más hambre, mientras que realizando una sesión de fuerza o alta intensidad ( HIIT ) incluso lograremos reducirla.
En definitiva, son muchos los factores que influyen en esto y no sólo depende del ejercicio, sino que también debemos prestar atención, por ejemplo, a nuestra dieta. Con una alimentación adecuada controlaremos nuestra hambre y potenciaremos los efectos positivos del ejercicio sobre la pérdida de peso. Sabemos que existen alimentos que son capaces de equilibrar nuestro sistema energético, y producir un entorno hormonal que reduzca la sensación de hambre.
Recuerda que debes controlar la ingesta de alimentos, sobre todo, dos horas antes y dos horas después del entrenamiento.